Certidumbres e Inquietudes: ! HORROR !. Por José Gregorio Hernández Galindo. Destacado

No sé a mis lectores, pero a quien escribe estas líneas le ha causado verdadero horror el conjunto de informaciones conocidas acerca de la trayectoria delictiva del colombiano capturado en España, Héctor Albeidis Arboleda Buitrago, alias “el enfermero”, o "el médico" individuo que, de acuerdo con lo informado por la Fiscalía General, deberá responder por graves delitos como reclutamiento forzado, secuestro simple agravado, tortura, acceso carnal violento, homicidio en persona protegida y aborto sin consentimiento, entre otros.

Según las investigaciones,  Arboleda ejecutaba sus acciones criminales dentro de la organización guerrillera, en los frentes 9 y 47 de las FARC, que actúan en los departamentos del Chocó, Risaralda y Antioquia.

El hombre está sindicado de prestar sus servicios “médicos” a las Farc, no para salvar vidas -algo que sería legítimo aun tratándose de personas al margen de la ley- sino para suprimir la vida de cientos de personas por nacer –no se sabe cuántas, porque los datos han sido variables-, contra la voluntad de sus madres, a su vez víctimas de secuestro o reclutamiento forzado y de violencia sexual. Practicaba abortos forzados -es de no creer-, inclusive a mujeres con ocho meses de embarazo.

Como dice la revista SEMANA, este que ahora se descubre es “el expediente más tenebroso de las Farc”. Según la publicación, un guerrillero capturado recientemente en Medellín dijo a las autoridades con un descaro que indigna: "La orden era clara. Las filas no se podían llenar de niños recién nacidos y la que se negara a colaborar debía ser procesada y eliminada. Para eso estaba el 'médico', para que esa orden se cumpliera".

Las jóvenes víctimas eran secuestradas, sometidas a abuso sexual –acceso carnal violento-, probablemente por varios guerrilleros; les suministraban anticonceptivos y, si quedaban embarazadas, eran obligadas a abortar –bajo amenaza de muerte-, en condiciones higiénicas deplorables, a manos del “enfermero”. Naturalmente, muchas murieron.

Un concierto para delinquir ignorado por la sociedad, extendido quién sabe por cuántos años en contra de la libertad, el honor sexual, la vida de muchas mujeres, la mayoría indígenas y menores de edad, y contra la vida de criaturas indefensas, todo para satisfacer los apetitos sexuales de los guerrilleros. Es decir, crímenes horrendos que emulan con las atrocidades de los nazis, continuados y -lo más probable- multiplicados en otros frentes de la guerrilla, con otros “enfermeros de la muerte”, colegas del capturado. Al que, esperamos, no le den indulto ni casa por cárcel cuando llegue a Colombia.

P.D: Escrito lo anterior, se conoce la noticia según la cual los españoles dejaron en libertad al detenido.  

 

Jose Gregorio Hernandez Galindo

Expresidente de la Corte Constitucional de Colombia y director de la publicación “Elementos de Juicio. Revista de Temas Constitucionales” y la emisora "lavozdelderecho.com".

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