El Presidente de la República, Juan Manuel Santos, está dedicado por completo a adelantar una campaña por el SÍ en el plebiscito. Aunque puede hacerla y con hacerla no viola norma alguna, vale la pena llamar la atención sobre dos aspectos del asunto.
1) Por una parte, anticipa la campaña, fundándose en un proyecto de ley estatutaria que está todavía a consideración de la Corte Constitucional.
Todavía por tanto no hay sentencia; no se sabe si lo proyectado es exequible o inexequible; no hay ley específica para este plebiscito y sigue vigente la actual, con un umbral más exigente y sin el carácter obligatorio de lo que decida el pueblo; por las mismas razones, el Presidente no ha convocado el plebiscito; no ha fijado fecha, ni la Registraduría Nacional del Estado Civil ha iniciado lo indispensable desde el punto de vista logístico para las votaciones.
2) Pero lo más incomprensible, derivado de lo anterior, es que no hay un texto por el cual votar; no hay pregunta redactada. El Presidente pide al pueblo, a sus funcionarios de la Rama Ejecutiva mediante circular, a las confesiones religiosas y a sus pastores y dirigentes, y hasta a los miembros de la fuerza pública (por conducto del Ministro de Defensa), apoyar el SÍ en el plebiscito. Pero, a cuál pregunta dar un SÍ o un un NO, si no la conocemos porque no se ha redactado?
PREPOSTERAR significa hacer antes lo que debe hacerse después y dejar para después lo que ha debido hacerse antes. Según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, preposterar es “trastocar el orden de algunas cosas, poniendo después lo que debería estar antes”. Como en este caso. Se adelanta campaña para un plebiscito que no se ha convocado y no se sabe cuál es la pregunta objeto del mismo. No hay nada por lo cual hacer campaña pero se hace campaña.