De escándalo en escándalo por cuenta de los administradores de justicia de lo más alto a lo más bajo, vamos al despeñadero. Sentido tienen los abogados honestos que ya no quieren aceptar la defensa de los clientes, porque pese a que nada en el universo ponga en duda que le fueron vulnerados sus derechos y todo parezca gritar que la ley rigurosa como debe aplicarse, les favorece, queda -por absurdo que parezca- el paso más difícil de sortear, este es, tener una jugosa chequera o su equivalente en especie -llámense mujeres, balnearios, licores- para lograr un fallo jurídico a la carta. Así las cosas, la Constitución y las leyes, hace mucho tiempo en Colombia, pasaron a ser meros poemas cargados de buenas intenciones, porque la justicia es para el que tenga la chequera lista.
¡Qué desgaste tan grave para los colombianos este problema que nos tocó vivir por cuenta de muchos abogados, no todos (unos litigantes, otros jueces, magistrados, auxiliares de la justicia, fiscales¡ ¡Qué horror vivir entre abogados y administradores de justicia haciendo negocio abierto y descarado con los colombianos¡.