El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define la censura como "intervención que practica el censor en el contenido o en la forma de una obra, atendiendo a razones ideológicas, morales o políticas".
Desde el punto de vista jurídico, el alcance de la censura es mucho más amplio. Todo acto o mandato proveniente de una autoridad gubernamental, o de quien tiene a cargo la dirección, decisión o conducción o manejo de un medio de comunicación oficial o privado, mediante el cual se controle, prohíba, intervenga, revise, recorte, sancione o excluya contenidos de expresiones o informaciones es una modalidad de censura, bien que el motivo de la misma sea de carácter moral, ideológico, religioso o político.
Se trata de una actitud orientada a ejercer control sobre lo que dicen, escriben, difunden o distribuyen las personas en ejercicio de un derecho fundamental -la libertad de expresión e información- que nuestra Constitución reconoce y garantiza en su artículo 20.
Las dictaduras suelen acudir a la censura para evitar que se critiquen los actos, las políticas o las decisiones oficiales. El dictador teme que en el plano interno o en el externo se conozcan sus debilidades, equivocaciones o abusos, que se estimule la libertad, la rebelión o la resistencia, y estima que lo mejor para mantener la fortaleza de su dominio consiste en cortar los canales de comunicación con el pueblo -en lo interno- y con la comunidad internacional en lo exerior. Así lo hemos visto, por ejemplo, en Chile, bajo la dictadura de Pinochet, en Argentina bajo Videla y otros dictadores, en la Venezuela de Maduro.
Pero en las democracias, como la colombiana, la censura no puede tener cabida. Es inaceptable. La prohíbe de manera expresa y terminante la Constitución.
Algunos hemos sufrido la censura en el pasado, por cuenta de medios de comunicación privados, respecto a escritos y columnas, y por ello sabemos lo que significa y la manera en que ofende la libertad y la dignidad.
Por ello, no está bien que, en un gobierno democrático como el colombiano, se impartan órdenes de censura y exclusión, para evitar la crítica y la libre expresión del pensamiento.