Pese a haber expresado el carácter puramente diplomático ("no belicista", dijo el presidente Duque) de la posición gubernamental colombiana frente a la crisis venezolana, al parecer el gobierno norteamericano ha entendido que Colombia podría colaborar en una posible intervención militar norteamericana en el vecino país.
Al menos, eso lo han deducido los medios de la fotografía que circuló el día 28 en la que aparece el señor John Bolton -Asesor de Seguridad de la Casa Blanca- dejando ver -no se sabe si accidental o voluntariamente- un apunte sobre 5000 tropas para Colombia.
Es evidente que allí no hay una plena prueba sobre las intenciones del presidente Donald Trump en esa materia, y sería deplorable que los funcionarios estadounidenses trataran temas tan delicados de manera tan poco seria.
El Gobierno colombiano, por conducto del Canciller Holmes Trujillo negó tener conocimiento sobre lo que eso significa. Pero, por si acaso, es necesario que le deje claro al gobierno norteamericano varias cosas:
1.- Colombia es un Estado soberano. Un Estado de Derecho que se sujeta a su Constitución y que no depende de las decisiones de gobiernos extranjeros.
2.- Según la Constitución, las relaciones exteriores de Colombia parten de la base del respeto a la soberanía, a los principios del Derecho Internacional y a la autodeterminación de los pueblos.
3.- De acuerdo con la Carta Política, el tránsito de tropas extranjeras por territorio colombiano debe ser autorizado previamente por el Senado de la República. Y, en receso de éste, puede autorizarlo el Presidente de la República pero previo concepto favorable del Consejo de Estado. Éste también debe emitir concepto previamente al estacionamiento o tránsito de buques o aeronaves extranjeras de guerra, en aguas, en suelo o en espacio aéreo de la Nación. Artículos 173-4, 189-7 y 237-3 de la Constitución.
4. Colombia no puede permitir que se la tenga como posible base militar al servicio de los Estados Unidos para atacar o intervenir a Venezuela.