Duele decirlo, pero lamentablemente el valor de la paz, el principal anhelo de la sociedad colombiana y uno de los fundamentos de la Constitución de 1991, no se ha conseguido. Estamos muy lejos de lograrla. Basta revisar las noticias de cada día para corroborar que las normas vigentes en la materia se quedaron escritas; para ver que artículos como el 22 de la Carta Política -a cuyo tenor la paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento- o el 2 -según el cual las autoridades han sido establecidas para proteger a todas las personas residentes en Colombia en su vida, honra, bienes, creencias, derechos y libertades-, o las disposiciones dictadas como desarrollo del Acuerdo de Paz de 2016, no se cristalizan en la realidad; hoy parecen normas teóricas, programáticas, de vigencia no inmediata sino indefinidamente aplazada.
A diario y sin cesar, son asesinados líderes sociales, defensores de Derechos Humanos, miembros de comunidades indígenas, ex guerrilleros desmovilizados. Amenazas que se cumplen. Sin saber por qué, ni por designio de quién. Ante la más absoluta impotencia del Estado, que se limita a lamentar, a repetir que a los asesinos "les caerá todo el peso de la ley" (eso parece una burla) y que no hay nada sistemático.
En nuestro país predomina un fetiche. Se cree y se proclama que unos textos tienen , de suyo y por sí mismos, la virtualidad de cambiar las situaciones y los hechos. Una vez más decimos que la paz es un concepto de mucha mayor amplitud y profundidad que un documento. Por ello, ante la comunidad internacional -a la cual se dijo con bombos y platillos que el Acuerdo de 2016 era, en efecto, el logro de la paz- ha quedado muy mal. Eso ha sido desmentido por la cruel realidad que nos agobia; por la violencia que nos avergüenza; por la incompetencia de los gobiernos.
La emergencia proclamada ayer por las comunidades indígenas, cuyos miembros están siendo amenazados, perseguidos y asesinados, es apenas una muestra de una muy grave situación frente a la cual las autoridades estatales perdieron el control hace mucho tiempo.
¿Hasta cuando?