Es palpable que habrá mucho incienso, desde dentro y desde fuera, como se reflejó en el afán de muchos -inclusive algunos colombianos- por figurar como “invitados especiales”, aunque no lo eran y no pudieron posar a los pies del faraón.
Llega Trump con muchas propuestas que constituyen su política territorial y económica. Es muy probable que compre y anexione Groenlandia, pero varios otros objetivos generan, desde ahora, rechazo y solidaridad en contra. Así pudo verse en Panamá el mismo día del juramento; hubo protestas y quema de banderas estadounidenses, a propósito de la anunciada toma del Canal.
El presidente José Raúl Mulino reiteró: “El Canal es y seguirá siendo de Panamá y su administración seguirá estando bajo control panameño". Añadió que no fue una concesión de nadie, sino el resultado del acuerdo Torrijos-Carter, que lo trasladó a Panamá el 31 de diciembre de 1999. "Desde entonces, durante 25 años, de manera ininterrumpida, lo hemos administrado y expandido con responsabilidad para servirle al mundo y su comercio, incluyendo a Estados Unidos".
El nuevo jefe de Estado comenzó cambiando el nombre del Golfo de México, que se llamará “Golfo de América” y declarando la emergencia nacional en la frontera sur. “Quédate en México”. “Todas las entradas ilegales serán bloqueadas de inmediato, para detener la desastrosa invasión existente y comenzaremos el proceso de enviar a millones y millones de extranjeros criminales a los lugares de donde vinieron”. De inmediato, agentes fronterizos, en El Paso (Texas), cerraron puertos de entrada: “Cruzar este punto resultará en arresto, procesamiento y posible aplicación de la fuerza".
Ha respondido la presidenta Claudia Sheimbaum: “México no tiene que agachar la cabeza o sentirnos menos, si somos trabajadores honestos y tenemos mucho que presumir ante el mundo entero. Que se oiga bien, que se oiga lejos: México no es colonia de nadie, no es protectorado de nadie. Es un país libre, independiente y soberano".
Muchos piensan que se avecinan días (o años) de confrontación y violencia. Así, el prelado colombiano Monseñor Darío Monsalve Mejía ha escrito: “La omnipotencia, la arrogancia y la megalomanía estadounidense, encarnada en el discurso de un Trump resentido y desafiante, llenarán aún más de tensiones y antagonismos nuestro continente. ¡Involución egolátrica del régimen USA!”
A nuestro juicio, estando de acuerdo con Trump en que todos nuestros gobiernos deben empeñarse en luchar contra la delincuencia y el narcotráfico, ello debería darse mediante el acuerdo, el mutuo apoyo y la integración, dentro de las reglas del Derecho. Y está bien que defienda los intereses económicos norteamericanos, pero no agrediendo, atropellando, imponiendo, ni amenazando a otras naciones.
Nos parece, entonces, más pertinente y razonable lo expuesto por el Papa Francisco, en carta de felicitación al posesionado: “Espero que, bajo su guía, el pueblo de Estados Unidos prospere y se comprometa a construir una sociedad más justa, donde no haya espacio para el odio, la discriminación o la exclusión”. Que así sea.