Desde el pasado 11 de enero de 2016, comenzó en Palma de Mallorca (España), el histórico juicio contra la hija del Rey Juan Carlos quien abdicó y hermana del actual rey de España Felipe VI. Cristina de Borbón está acusada por dos delitos fiscales  en relación con la presunta malversación de 6 millones de euros,  dinero que le pertenecía a los españoles. De igual forma y por los mismos delitos están acusados su esposo Iñaki Urdangarín y su socio, Diego Torres. Undangarín y Torres están acusados –adicionalmente-  por los delitos de prevaricación, malversación, fraude, estafa, falsedad en documento público, falsedad en documento mercantil y blanqueo de capitales.

 

Cristina de Borbón confía en no ir a la cárcel y su esposo Undangarían sabe que lo declararán culpable pero mantiene la esperanza de no entrar a prisión. No obstante, el socio de Undangarín, Diego Torres anticipa libro y teme 16.5 años de cárcel.

 

Pues bien, este último le concedió a la periodista Eva Lamarca de la revista Vanity Fair del mes de enero de 2016 (Revista No. 89) una entrevista contando su dramática situación personal después del escándalo mediático en el que se ha visto envuelto por cuenta de este caso de corrupción.

 

 

Foto de Diego Torres. Imagen de menorcaaldía.com. 

 

Uno de los hechos que al parecer más le afectaron, tuvo que ver con el registro que la policía hizo de su vivienda la mañana del 8 de noviembre de 2011. Cuenta Diego Torres en la entrevista para Vanity Fair que numerosas personas armadas revolvieron sus ropa y sus cajones, mientras se hacían preguntas hasta que tomaron su pasaporte y en él encontraron el sello de inmigración de Colombia, país al que Diego Torres había viajada en su calidad de profesor de ESADE[1], y entonces -sin más trámites- lo catalogaron de narcotraficante: “¡Mirad, mirad!, decían los policías españoles ¡Lo tenemos! ¡Ha ido a Colombia! ¡Fotocópialo!, haciendo referencia al pasaporte.

 

No es una novedad para los colombianos que salen del país encontrar tanta ignorancia por fuera de Colombia. Con seguridad el profesor Diego Torres y muchos españoles que han tenido la oportunidad de conocer la gente buena y amable de Colombia saben que la mayoría es trabajadora y ningún vínculo tiene con el narcotráfico, pero sí llama poderosamente la atención que los españoles tan cercanos a nuestra lucha por una vida mejor ignoren todo sobre nosotros y sean tan simples para rotular a todo el que haya pisado tierra colombiana, incluyendo los españoles que viajan a Colombia, bajo el estigma del narcotráfico.  

 

Ni siquiera la gente de Vietnam, tan alejada de nuestra cultura, nos cataloga de narcotraficantes con tan solo pronunciar la palabra Colombia o decir soy colombiano, donde por el contrario hablan con cariño de nuestro país resaltando los mismos asiáticos –en perfecto español- los nombres de los futbolistas Radamel Falcao y James Rodríguez a los que identifican como grandes colombianos.  

 

Lo que duele es que los españoles vivan en un país tan entrañable para  los colombianos en muchos sentidos y al mismo tiempo vivan tan alejados de nosotros por la ignorancia que al parecer sufren muchos de los habitantes de la bella España.