HECHOS Y SITUACIONES INTERNACIONALES: RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRACTUAL Y EXTRACONTRACTUAL. Destacado
La aerolínea alemana Germanwings, filial de Lufthansa, depositó –en el cargo de copiloto- la confianza del pilotaje de uno de sus aviones A320 con 150 personas a bordo –incluyendo la tripulación- a una persona que según diferentes medios de comunicación y afirmaciones de amigos y conocidos: sufría depresiones y crisis nerviosas. Incluso se afirma que estando al servicio de Lufthansa, en una oportunidad interrumpió su formación de piloto -por seis meses- para tratarse un problema de “crisis nerviosa y/o síntomas de depresión”.
Se trata de Andreas Lubitz, de 28 años, que según lo determinó la investigación que se adelantó en tiempo record, estrelló deliberadamente la aeronave con pasajeros y tripulación a bordo. Lubitz, aprovechando un momento de soledad en la cabina, manipuló el botón denominado “Sistema de Control de Vuelo” con el único objetivo de matarse, despedazando el avión. La investigación indicó, igualmente, que desde que oprimió el botón hasta que el avión se estrelló contra las montañas de los Alpes franceses, transcurrieron 8 minutos. Es decir, el avión estuvo por 8 infernales minutos, al mando de un suicida, que deliberada e individualmente, tomó la decisión de matar a 150 personas –incluidos dos bebes- que estaban bajo su responsabilidad y la del piloto.
Foto de Andreas Lubitz. www.youtube.com
La aerolínea Lufthansa, a través de su Presidente, Carsten Spohr, una vez concluida la investigación que dejó todas las miradas y los interrogantes puestos en Andreas Lubitz y especialmente en la compañía “Germanwings” filial de Lufthansa, salió al paso, minimizando la responsabilidad de la empresa en la tragedia -derivada de los eventuales errores en la selección de la hoja de vida de Lubitz- al afirmar que el joven copiloto entró a trabajar a la aerolínea en septiembre de 2013 pero venía formándose como piloto de aviones -con reconocimientos incluidos- desde el año 2008; que no era novato pues tenía acumuladas 630 horas de vuelo; que inclusive, la Administración Federal de Aviación (FAA) le había otorgado un reconocimiento por alcanzar los estándares formativos y médicos exigidos; que en el año 2010 obtuvo su licencia de vuelo; que desde que fue contratado por la compañía, cada año aprobaba los exámenes médicos, sin ningún tropiezo; que el día que decidió estrellar el avión, estaba “100% apto para el vuelo” y su rendimiento era “perfecto”; que la compañía selecciona “con el máximo cuidado a sus tripulantes” y que brinda especial atención a la “capacidad psicológica de los candidatos a ponerse a los mandos de un avión”.
No obstante, lo que se encontró en la vivienda de Lubitz después de la tragedia, prueba que el piloto no estaba al “100% apto para el vuelo” el día que decidió acabar con su vida y con la existencia de los pasajeros y demás tripulantes. Los investigadores descubrieron entre sus pertenencias “bajas médicas rotas actuales e incluso vigentes para el día de los hechos” y al parecer le encontraron medicamentos para tratar un grave trastorno “psicosomático”. De igual forma encontraron que entre sus documentos, estaba roto en pedazos, un “parte de baja para el día del accidente”.
La Fiscalía, basada en lo que halló en la vivienda de Lubitz, rápidamente concluyó ante los medios de comunicación, que Lufthansa fue engañada por el piloto y afirmó que “apoyan la hipótesis basada en el examen preliminar de que el fallecido escondió su enfermedad a su empleador y sus colegas de profesión”, es decir, para la Fiscalía, Lubitz le ocultó deliberadamente a su jefe, que para el día del accidente estaba de baja médica. Y, al parecer se lo ocultó a todo el mundo.
Foto de la tragedia. www.elconfidencial.com
¿Ignoraba Lufthansa que al mando del vuelo –en calidad de copiloto- viajaba una persona incapaz de controlar sus emociones? “The Times” informó que Lufthansa suspendió durante algunos meses a Lubitz, para volar. El Presidente de la aerolínea, Carsten Spohr, en rueda de prensa lo admitió, pero dijo que superados esos meses, Lubitz se sometió con éxito a todos los exámenes médicos; sin embargo, evitó precisar el motivo por el cual fue suspendido provisionalmente de su formación de piloto en la escuela de la aerolínea alemana. El diario “Daily Mail” afirmó que Lubitz visitó el psiquiatra el día anterior de la tragedia a propósito del descontrol que padecía por cuenta de una ruptura amorosa.
Por otro lado, se conoce que en febrero y marzo de este año, Lubitz visitó la Clínica Universitaria de Düsseldorf, donde vivía. El vocero de la clínica aseguró que era “incorrecto” afirmar que Lubitz, estuviera acudiendo a esa institución, para realizarse tratamientos por depresión y crisis nerviosas; más aún, invocando el principio de la confidencialidad, se negó a entregar datos relacionados con las visitas que aparecen registradas bajo el nombre de Andreas Lubitz a la clínica y añadió que los detalles y las dolencias por las cuales Lubitz ingresó al hospital, le fueron entregados a la Fiscalía de Düsseldorf.
www.dailymail.com.uk
¿Hasta dónde es verdad que la aerolínea no sabía de las condiciones psicológicas que padecía el piloto? Lufthansa informó que pagará 50.000 euros por cada pasajero a los familiares de las víctimas, algo así como 138.000.000 de pesos colombianos, a pesar de no ser un tema de responsabilidad –según ellos- imputable a la aerolínea, sino al descontrol emocional de un enfermo. Pero sucede que al enfermo lo contrató Lufthansa. Es decir, no lo contrató uno o varios o los 150 pasajeros muertos por cuenta de la decisión unilateral, de un demente, en el cual confiaba plenamente la aerolínea.
Según “The Times” Lufthansa conocía el historial “depresivo” de su piloto Andreas Lubitz, incluso constaba un “grave episodio depresivo” en un acta del departamento de tráfico aéreo alemán, bajo el código “SIC”, diagnóstico que se traduce en “revisiones médicas regulares”. El diario “Bild”, por su parte, aseguró que Lubitz estuvo en tratamiento psiquiátrico un año y medio, tras sufrir una crisis nerviosa hace seis años ¿Lufthansa ignoraba el pasado de paciente depresivo, que al parecer, guardaba el copiloto suicida? Llama la atención que los medios de comunicación hayan accedido a dicha información en tiempo record y que Lufthansa la desconociera.
Las aseguradoras anuncian que indemnizarán a los familiares a pesar de no ser un tema de responsabilidad de la compañía. La realidad es que el horrible accidente y las causas que lo generaron, se trasladarán poco a poco a los estrados judiciales, si las indemnizaciones anunciadas no satisfacen a los familiares. El tema de responsabilidad contractual y extracontractual en el que se verá envuelta la aerolínea Lufthansa, no es tan simple.
Verbigracia en Colombia, una de las especies de responsabilidad extracontractual que consagra la legislación es la que se da, cuando el hecho que ocasiona el daño no es propio de la persona –natural o jurídica- que tiene el vínculo con el reclamante, sino que el hecho ejecutado que genera el daño, lo realiza otra persona que está bajo el control o dependencia del que tiene el vínculo contractual. Este tipo de responsabilidad se denomina “responsabilidad por el hecho de otro”.
¿Hasta dónde responde la aerolínea? o ¿No está obligada a responder? Y si no está obligada ¿Por qué las aseguradoras se adelantan a prometer indemnizaciones? Muchos serán los debates jurídicos a propósito de este trágico accidente, sí la aerolínea, las aseguradoras y los familiares de las víctimas entran en litigio.
Clara Patricia Montoya Parra
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