La crisis en el seno de la administración de justicia, como en general, en el funcionamiento de las instituciones colombianas, es ostensible, profunda y grave. }
Ya la Constitución, manoseada por el Congreso -abusando del poder de reforma-, no rige en realidad. Con base en ingeniosas interpretaciones, se la desvirtúa y se la burla, sin que el Tribunal constitucional reaccione como debería hacerlo.
Si bien no puede afirmarse de manera general, pues hay todavía magistrados, jueces, empleados judiciales, fiscales y procuradores honestos y capaces, lo cierto es que la corrupción y la politiquería se han extendido de manera alarmante en el interior del aparato de justicia y en los órganos de control.
Que se pueda comprar una reelección para cierto alto cargo mediante la designación -en el organismo correspondiente- de los familiares y cónyuges de quienes pueden postular y elegir, es una forma de corrupción que hace mucho daño a las instituciones y al debido funcionamiento de las mismas.
Que unos magistrados declaren en el curso de una sesión que las decisiones en materia penal se deben adoptar con criterio político y no jurídico, es algo que no se podría creer si no existieran grabaciones de la sesión, conocidas públicamente. Pero se trata de propuestas prevaricadoras, impropias e indignas de un juez, con mayor razón si es magistrado de una alta corporación. Y lo que no sabemos es si esto se ha investigado.
Aquí hemos criticado el hecho de que los aspirantes a altos cargos judiciales tengan que hacer “lobby” o “campaña” y que ya no sea la excelencia -hoja de vida limpia, formación jurídica, experiencia, mérito- el criterio de selección de los magistrados, sino que sean la conveniencia, el compromiso con causas predeterminadas, al apoyo político y el poder de manipulación sobre quienes votan para postular o elegir... lo que defina una elección. Y hemos dicho que allí reside en buena parte el origen de muchas conductas delictivas y corruptas.
Hay que reformar de manera urgente y de raíz el sistema vigente. Hay que atacar del fondo la crisis en la justicia.