Antes de plasmar mi postura, totalmente personal y que no implica que este medio de comunicación la comparta o promueva por el hecho de la publicación de este texto, quiero que tengamos claro qué es el aborto, cuándo se considera que inicia la vida de un ser humano y los casos en los que actualmente se encuentra despenalizado el aborto en Colombia.
La Organización Mundial para la Salud (OMS) define el aborto como la expulsión o extracción de su madre de un embrión o feto de menos de 500 gramos de peso o antes de las 22 semanas. En palabras que podemos entender todos, el aborto es la interrupción del embarazo, que de acuerdo con las recomendaciones de la OMS debe tener en cuenta la viabilidad extrauterina del feto o embrión. Otras organizaciones lo llaman Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) siendo esto un procedimiento para poner fin de forma consiente a un embarazo en curso.
Para el derecho, la existencia se determina cuando se cumplen tres presupuestos: (i) haber nacido vivo, (ii) estar completamente separado de la madre y (iii) haber sobrevivido a esta separación; lo que los abogados estudiamos como las teorías de viabilidad y vitalidad. El vital y el habilis significan “apto para la vida”, éstas teorías sumaban a los requisitos anteriores las pruebas de (i) docimasia hidrostática pulmonar: sumergir los pulmones en un líquido y verificar si hubo o no inhalación de aire al flotar sobre este líquido o irse al fondo, (ii) docimasia histológica: si los tejidos están estirados, nació con vida, sino, nació muerto, (iii) docimasia óptica: si el iris del ojo reacciona a la luz nació vivo, caso contrario, nació muerto y (iv) docimasia digestiva: si los intestinos no están contraídos, entonces nació vivo, pues el llanto genera apetito.
Desde el punto de vista médico existe el postulado que indica que hay vida de un ser humano “cuando el sistema nervioso y la corteza cerebral están desarrollados y es capaz – y está consciente – de percibir estímulos sensoriales. Antes de esto es un organismo multicelular con el genoma humano completo que está vivo, pero no es aún un ser humano”. He aquí la conexión con la definición que presenté anteriormente de la OMS donde hacían mención de la consideración de las 22 semanas, pues es entre las semanas 22 y 27 donde “comienza y termina el desarrollo de la corteza cerebral, hay respuesta sensorial a los estímulos”, luego en las semanas 28 a 30 de gestación “hay respuestas sensoriales y se registra la primera actividad eléctrica cerebral. Para ese momento el feto pesará alrededor de 1.000 y 1.300 gr, recordemos la otra consideración hecha por la OMS, el peso de 500gr.
En Colombia, desde el 2006, se despenalizó el aborto resultado de la Sentencia C - 355 del mismo año, siempre y cuando se encuentre en alguno de los tres casos establecidos: (i) Cuando el embarazo ponga en riesgo la salud - física o mental - de la mujer, o su vida, (ii) cuando el embarazo sea resultado de un acto sexual sin consentimiento, de inseminación artificial o transferencia de óvulo no consentidas, o incesto y (iii) cuando haya malformaciones del feto que sean incompatibles con la vida fuera del útero por cuenta de una grave malformación.
El derecho debe ser dinámico y corresponder a la realidad de la sociedad a la que regula y representa, es por esto que considero que la despenalización del aborto no solo es un tema que debemos discutir, sino que debemos legislar. La democracia tiene una deuda histórica en el ámbito de los derechos de la mujer y eso incluye el derecho fundamental a decidir sobre nuestra reproducción, aspecto que afecta nuestra vida por completo.
Cuando se habla de aborto muchos prejuicios salen al aire y retumban comentarios como que a las mujeres no se nos debe premiar dejándonos abortar cuando anduvimos de “calienturientas” o que la vida únicamente la da y la quita Dios. Ante estas dos expresiones quiero que abramos la cabeza un poco, porque no solo son ofensivas, sino que denotan la falta de consciencia y empatía social.
Cuando dicen que los embarazos no deseados son resultado de la promiscuidad de la mujer se les está olvidando un pequeño detalle, para que haya un embarazo se necesita de al menos un espermatozoide que fecunde el óvulo de la mujer, y el hombre es quien lo aporta. Así entonces, reconozcamos de una vez por todas que el embarazo no es “culpa” de la mujer que decidió ejercer su libertad sexual, sino de al menos un hombre y una mujer que decidieron hacerlo.
Tampoco podemos meter en un solo saco los embarazos que se desean interrumpir. Los métodos anticonceptivos no tienen un 100% de efectividad, eso quiere decir que pueden fallar así la mujer y el hombre se estén cuidando al momento de sostener una relación sexual. Adicionalmente existen múltiples realidades que van a resultar en un embarazo no deseado, por ejemplo, los hombres que no permiten que sus parejas usen métodos anticonceptivos, aquellos que obligan a sus parejas a sostener relaciones sexuales sin condón aun cuando la mujer se lo exigió, los que practican el “stealthing” (quitarse el preservativo a escondidas de la mujer mientras se sostienen las relaciones sexuales), los sujetos que violan a las mujeres y niñas, los adolescentes que no cuentan con una mínima educación sexual que les permita conocer los métodos anticonceptivos o que se les prohíben por la religión que sus padres les imponen, etc.
Luego vienen los que se llaman creyentes de alguna religión y se auto confieren la facultad de juzgar e imponerles a las mujeres como deben o no vivir su sexualidad y su vida. Aquí quiero parafrasear una frase de la actriz Marina Glezer, hay que sacar los rosarios de los ovarios de las mujeres. Si usted se quiere llamar creyente y pro vida tenga en cuenta que lo primero significa que debe vivir como Cristo, dudo que en algún fragmento de la biblia diga que Jesús se la hacía de cuadritos a quienes no compartían su pensamiento en vez de dar ejemplo sobre los valores que profesaba como la solidaridad o la empatía (leamos sobre las enseñanzas de los profetas), y el no juzgar (recordemos “Sólo Dios puede juzgar y hace bien en juzgarlos” pero “tú no tienes porqué juzgarlos. Cuando condenas, te condenas a ti mismo”) y lo segundo significa pensar en las vidas en general y no solo en las de un embrión o un feto aun sin desarrollar.
Como mujer, me indigna rotundamente que algunos hombres crean que tienen la potestad de decidir sobre lo que nosotras podemos o no hacer frente a nuestro cuerpo, nuestra sexualidad, nuestra reproducción y nuestra vida. Somos las mujeres las que tenemos que asumir en una proporción muchísimo mayor lo que implica un embarazo; el desorden hormonal, el cambio físico, el tiempo en citas médicas, el parto, el postparto, tener que dejar de ir a trabajar, la lactancia, y demás, independientemente de que el hombre decida estar o no presente en la gestación, parto y crianza de su hijo.
De acuerdo con la ONU, solo “el 25% de la población mundial vive en regímenes jurídicos que prohíben el aborto en todos los supuestos o que sólo lo permiten para salvar la vida de la mujer, frente al 39% que vive en países donde el aborto es libre. En total, seis de cada diez mujeres no pueden decidir en libertad”. Alrededor de 47.000 mujeres mueren al año y cinco millones de mujeres sufren lesiones graves en su salud debido a que tienen que acudir a procedimientos clandestinos para llevar a cabo la interrupción de su embarazo no deseado. En Colombia el porcentaje de abortos legales frente a la totalidad de interrupciones de embarazo es de aproximadamente 0.80% anual, es decir que ni siquiera el 1% de las mujeres que deciden poner fin a su embarazo no deseado (en el 2008 de 400.4000 abortos solo 322 se hicieron en cumplimiento de los requisitos legales). Si son pro vida ¿no deberían importarles también estas vidas?
En Colombia, el Instituto de Medicina Legal registró un incremento de delitos sexuales contra menores, de los cuales el 73% son niñas en lo que va del 2018. ¿Les parece que esas niñas y adolescentes sean señalados y perseguidos por interrumpir un embarazo resultado de un vejamen tan dañino a nivel físico y psicológico como lo es un abuso sexual?, ¿les parece justo que cuando se logra denunciar estos casos no se les informe sobre su derecho a la interrupción voluntaria del embarazo o que se les niegue?
La violencia sexual contra las mujeres también incremento en el 2018 en aproximadamente un 21.4 % ¿Es justo que tras una violación la mujer tenga que seguir con el embarazo, criar y amar incondicionalmente al hijo que nunca quiso concebir y cada día tener que ver la prueba viva de que fue violada?
Estando en el siglo XXI es inconcebible que a las mujeres se nos siga juzgando por desarrollar nuestra libertad sexual, y se nos prohíba decidir sobre nuestra reproducción. El aborto está en la realidad de todos los colombianos a diario, penalizarlo y ocultarlo no hace que desaparezca, solo hace que sigan muriendo mujeres a quieres se les niega este derecho en las condiciones médicas adecuadas.
Finalmente recordemos que el reconocimiento de derechos es un deber democrático y que la despenalización de del aborto evitará la muerte de más mujeres. Anhelo que Colombia siga el ejemplo de los Estados que ya tienen en su agenda legislativa este tema.
*Éste texto usó como recurso bibliográfico los siguientes estudios: J.K. Mai, Ashwell Fetal development of the central nervous system. In The human nervous system (G Paximos, J-K. eds), pp.49-94. Elsevier, Amsterdam, Holland 2004.2) R.R. Clancy, A.G.C. Bergqvist, D.J.Dulgos.Neolatal encephalography.In In current practice of clinical Encephalography,3er ed. (J.S.Ebersole, T.A. Pedley, eds), pp. 160-234. Lippincott. Philadelphia, USA,2003.3) Ricardo Tapia, La formación de la persona durante el desarrollo intrauterino, desde el punto de vista de la neurobiología. Instituto de fisiología celular de la Universidad Atónoma de México.