Estas patologías se hacen evidentes en la cantidad alarmante de colegas que “responden consultas” por tiktok y reels, con la información que les suministran en comentarios que no superan los 150 caracteres, sin contactar a esos usuarios que les comentaron para poder validar la información y profundizar en el caso antes de publicar una respuesta.
El problema con esto es que los detalles de cada caso son los que nos indican a los profesionales del derecho cuál es la situación fáctica real y nos permiten diagnosticar la situación jurídica para validar las vías de acción, la viabilidad de estas, los pasos a seguir e incluso la cotización de los servicios recomendados; razón por la cual quienes reciben dicha respuesta o la ven, van a obtener una respuesta que no es totalmente aterrizada al caso en concreto, que va a difundir desinformación y a la postre, hará que quienes se sientan identificados con la respuesta, crean que su caso, por parecer similar al que han abordado en el video, tiene exactamente las mismas vías de acción e implicaciones, y esto termina haciendo que pierdan oportunidades procesales, que se vayan por la vía que menos le favorecía o que ni siquiera le era posible, etc.
Lo anterior siendo uno de los escenarios que no es tan gravoso como el que se presenta cuando en la respuesta de consultas por tiktok y/o reels contiene información falsa, imprecisa o que invita a actuar de manera contraria del deber ser. Para ilustrar esto quiero mencionar cuatro ejemplos de tiktoks que encontré y que me fueron enviados por colegas, sin mencionar a sus creadores ni cuentas, en los cuales decían que:
1. Para lograr el reconocimiento de un hijo, que no se quiso reconocer al momento del nacimiento, y al cual no se le “puso” el apellido del padre, sino los dos de la madre; el padre biológico debe iniciar un proceso de impugnación de paternidad.
Esto es grave pues quienes no son profesionales del derecho pueden llegar a confiar en el criterio del profesional del derecho que respondió esto, e iniciar el proceso que no es, y seguramente va a difundirse a quienes tienen una situación similar que a su vez será víctima de esta desinformación.
2. En caso de recibir notificaciones sobre el inicio de un proceso en su contra, no se debe notificar porque así se frena el proceso y no pueden continuarlo.
Esto es gravísimo de asegurar como profesionales del derecho, pues aun cuando la parte demandada no se notifique, el proceso continuará, no se frena, no se acaba, pues para ello el legislador ha previsto la notificación por aviso y el emplazamiento.
3. Si se debe dinero de la cuota alimentaria y se está presionando con iniciar el proceso penal de inasistencia alimentaria, renuncie al trabajo y diga que se va para la cárcel porque así no le pueden obligar a pagar nada.
Aquí se advierten imprecisiones legales y además se está incitando a que se actúe de manera tal que se incumpla una obligación legal y natural.
4. Si debe dinero, debe buscar la manera de no pagarla, a pesar de que se deba, y que se contrate a este profesional del derecho porque su experticia es hacer que no se paguen las deudas por conocer la “trampita” de la ley.
Aquí es importante aclarar que la función de los profesionales del derecho también es ética, por lo que incentivar a incumplir las obligaciones contraídas y además decir que se es experto en “hacerle trampa a la ley” va en contra de nuestra función social y ejercicio profesional.
Visto esto, podemos abordar el efecto negativo que tiene esto para el gremio de los profesionales del derecho. Lo primero es que nos resta credibilidad, pues hace que las personas no puedan confiar en nuestro criterio, porque se están teniendo ejemplos diarios y abundantes de colegas que emiten “respuestas a consultas” con imprecisiones legales, superfluas e incluso contrarias a la ley.
Lo segundo es que refuerza la idea de que las consultas jurídicas son y deben ser gratuitas, cosa que ha afectado el mercado laboral desde siempre y que envía un mensaje entre líneas que debemos romper: el tiempo y el conocimiento de los profesionales no vale nada. Esto es algo que como profesionales del derecho debemos prestar atención especial, pues nosotros mismos somos quienes estamos abaratando nuestros servicios al punto en que hay un imaginario que establece las consultas como un servicio gratuito.
Como tercer punto, difunde la idea de que las consultas jurídicas son una respuesta superflua, poco juiciosa en cuanto a su análisis y proyección, por lo que no vale la pena pagarlas, cuando en realidad las consultas, las asesorías y los diagnósticos son la materialización del conocimiento experto de los profesionales del derecho y no podemos seguir permitiendo que nuestros servicios profesionales sean deformados de semejante manera.
Quiero cerrar este texto invitando a todos los colegas a que incursionen de manera responsable en las redes sociales, a que enaltezcan la profesión, que tengan presente que no se trata de tener más seguidores sino de ejercer la profesión como debe ser, y que entiendan que aun cuando se está respondiendo por comentarios, estamos asumiendo la responsabilidad civil y disciplinaria de nuestro concepto jurídico, por lo que no es raro que a nuestros despachos estén llegando consultas para iniciar diferentes procesos en contra de colegas por haber respondido consultas a partir de comentarios que resultaron en afectaciones, pues creyeron en lo que estaban diciendo en su tiktok o reel.
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