Opinión: VERGÜENZA A LA COLOMBIANA. Por Verónica Laverde Destacado

09 Ago 2018
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Como ciudadana colombiana ha sido bastante incómodo leer referencias nacionales e internacionales sobre lo que ocurre en Colombia, no porque sean incorrectas o irrespetuosas, sino porque dejan ver el abismo al que estamos acercándonos y al que algunos políticos nos están empujando, sin importarles en lo absoluto.
 
La dinámica política debe ser libre, pero en medio de esa libertad no se puede olvidar el impacto que un discurso o un acto pueden generar, no solo para quien lo perpetua sino para el Estado en general. En el afán de conquistar súbditos y apuntar al otro, todos los colombianos hemos sido perjudicados por la impertinencia y el poco examen de lo que se dice y hace de algunas personas que están en el foco público. También somos responsables nosotros, el pueblo, al orquestarlo, masificarlo, idolatrarlo o simplemente permitirlo.
 
Todos tenemos la responsabilidad de cumplir con nuestros deberes ciudadanos y de hacer oír nuestra voz cuando vemos que algo debe modificarse, teniendo siempre presente que hay formas para hacerlo. La pertinencia hace parte de la forma en la cual debemos manifestar nuestras inconformidades y observaciones. Hace poco tuvimos una impertinencia vergonzosa a destacar: el discurso de Ernesto Macías en plena posesión del actual Presidente Iván Duque. Quiero subrayar que no estoy promoviendo la censura ni quiero vulnerar el derecho a la libre expresión, sino que el contenido frente a la ocasión que eligió para llevar a cabo su discurso adulador a un Senador de la República denotan un desinterés por el país como conjunto y un irrespeto a los tiempos y espacios de interés público. 
 
Al estar en un cargo público es fundamental tener claridad en que existe una línea divisoria entre la persona que se es y el servidor público que se encarna. Eso quiere decir que cuando se está desempeñando la función pública se debe adoptar con toda seriedad una posición ejemplar, separando las opiniones personales de las profesionales. En esto ha fallado el señor Ernesto Macías, al olvidar que (i) estaba en la posesión del nuevo Presidente del Estado Colombiano, (ii) que estaba en representación de una de las instituciones más importantes del Estado y (iii) que el tema de su discurso no correspondía a la ocasión. 
 
La adulación desmedida del señor Ernesto Matías hacia el actual Senador Álvaro Uribe fácilmente puede calificarse de estratégico por la situación judicial en la que este último se encuentra, buscando que el pueblo sienta empatía y entorpecer el juicio de reproche social que tarde o temprano llegará. Adicionalmente, el contenido de la adulación no era tan inocente como una observación hacia un ex Presidente sino una pulla dirigida a todos los colombianos para reiterar la polarización y el sentimiento de inconformidad por el gobierno del ex Presidente Juan Manuel Santos.
 
No siendo suficiente, se suma la publicación de una página entera patrocinada por el partido político al que hace parte el señor Ernesto Matías titulado “La herencia DE SANTOS: un país…” que contiene una visión totalmente sesgada de los resultados del Gobierno del ex Presidente Santos y que al igual que su discurso, fue bastante impertinente. El problema de la página entera comprada por el Centro Democrático no radica en el ataque pasivo – agresivo al gobierno inmediatamente anterior, sino que evidencian la falta de interés por el Estado en general, toda vez que no pensaron que dejar por el piso lo que hoy para ellos es Colombia tiene un impacto en todos los campos y en todos los colombianos.
 
En palabras coloquiales, el Centro Democrático con su publicación escupió para arriba y nos cae a todos. Si a usted le parece una exageración lo que digo haga el siguiente ejercicio: imagínese por unos minutos que usted es un extranjero que no conoce Colombia pero que había estado pensando en expandirse por Latinoamérica, hoy ve en la red la publicación “La herencia DE SANTOS: un país…”, ¿querría visitar con su familia un país que está “nadando en coca” y está en “manos del crimen organizado”? o ¿querría invertir su capital en un Estado con “economía deteriorada y saturada de impuestos”, “con la mayor burocracia” y lleno de “corrupción y derroche” sin la infraestructura necesaria?
 
Lo siento, pero yo no veo el país que han pintado en esa página. Nos han afectado a todos por el deseo insaciable de generar polarización. Este es un precio demasiado alto para los colombianos, seamos Uribistas o no, seamos simpatizantes del gobierno del ex Presidente Santo o no.
 
La historia no termina acá, tras estas impertinencias sale a la luz pública la reunión del Centro Democrático en donde se evidencian sus intenciones reales. Sobre esto prefiero no hondar, pero les recomiendo verlo.
 
Los colombianos debemos soltar el cordón umbilical que nos ata a Álvaro Uribe directa o indirectamente. Sí, hizo cosas buenas en su gobierno, sí, falló en varias cosas en su gobierno, pero tras años de haber salido del cargo de Presidente debemos respetarnos a nosotros mismos y dejar de llamarlo Presidente, él es un Senador. 
 
Debemos dejar de tragar entero los cuenticos que buscan llegar de forma negativa a la población como por ejemplo amenazar con la eminente trasformación en <<otra Venezuela>> cuando quienes lo alertan son los que están dirigiéndonos hacia ello o sino vayámonos al caso de Venezuela y veamos la censura y manipulación de los medios de comunicación o viajemos al pasado cercano de Perú cuando en el gobierno de Fujimori se desacreditaba a sus enemigos y a los de Montesinos bajo el pretexto de la necesidad de un gobierno fuerte para liderar la lucha contra Sendero Luminoso, ¿acaso no suena familiar el control de las ramas del poder ejecutivo, legislativo y judicial, eliminación, la manipulación de las entidades de vigilancia y control, el dominio de los medios de comunicación, la anulación de la dinámica política real y la generación de polarización buscando la anulación del opositor por parte del pueblo, o la desidia judicial para investigar y sancionar los casos que involucran al gobierno incluyendo los casos notoriamente escandalosos?
 
Estamos en un risco y cada día nos empujan un poco más, en nuestras manos está frenar ese impulso y evitar caer en ese precipicio. Todos hacemos país, somos responsables de la dinámica social y política de nuestros círculo social, laboral, académico y familiar, de nosotros depende que las estrategias de manipulación lleguen o no a nosotros y que de paso ensucien el nombre de nuestro Estado. Que esto no se reduzca a una muerte anunciada.
 
 
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Modificado por última vez en Jueves, 09 Agosto 2018 07:45
Veronica Laverde Oviedo

Abogada litigante, conciliadora en derecho, con posgrados en derecho constitucional, derecho administrativo, políticas públicas y justicia de género, derecho procesal, drecho probatorio y oralidad judicial. Host del podcast Derecho al alcance de todos en Spotify, Apple Podcast y Anchor, y del canal de YouTube bajo el mismo nombre. Speaker independiente de contextualización jurídica, creadora de contenido legal en Instagram Derecho al alcance de todos, docente independiente de capacitación de abogados en litigio y contratos, y creadora de la única tienda dedicada a los amantes del derecho Anp_tienda.

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